3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo quien, por
su gran misericordia, mediante la Resurrección de Jesucristo de entre
los
muertos, nos ha reengendrado a una esperanza viva,
4 a una herencia incorruptible, inmaculada e inmarcesible, reservada
en los cielos para vosotros,
5 a quienes el poder de Dios, por medio de la fe, protege para la
salvación, dispuesta ya a ser revelada en el último momento.
6 Por lo cual rebosáis de alegría, aunque sea preciso que todavía por
algún tiempo seáis afligidos con diversas pruebas,